Por fin la larga espera se hizo día
con el peso de todo el tiempo ido,
con las luces de un cálido sonido
apagando la voz de la sombra sombría.
Te imagino cruzando el mediodía
lentamente, como un niño perdido
recorriendo un lugar desconocido
que comunica al llanto y la alegría.
Te imagino de regreso a ese mundo
donde la vida exhala su fragancia
lleno de paz, de sueños y de fe.
Te imagino, con tu mirar profundo
mirándonos de cerca en la distancia,
saboreando un buchito de café.
Un poema de Tony para René.
6 de octubre de 2011